Bolivianos fortalecen lazos familiares en Todos Santos

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Foto: RBI

René Quenallata Paredes – La Paz, Bolivia (Xinhua). – Los bolivianos encontraron este fin de semana la manera de fortalecer los lazos familiares al celebrar Todos Santos, tradición que a pesar de las restricciones por la pandemia del nuevo coronavirus, no impidió la preparación de altares para recibir de manera simbólica las almas o ajayus (en lengua aimara) de los seres queridos que han fallecido.

El 1 y el 2 de noviembre de cada año tiene lugar en Bolivia, así como en otros países de la región, la tradición de Todos Santos, que combina actividades rituales de las tradiciones de los pueblos originarios con la cultura traída a América por los españoles.

El ex viceministro de Descolonización, Cancio Mamani, dijo a Xinhua que en la tradición andina la muerte es entendida como una transición.

“Los bolivianos revalorizan una de las más arraigadas celebraciones de esta fecha en la región latinoamericana, que se caracteriza por unir a las familias alrededor de los ‘ajayus’, que visitan este 1 de noviembre al mediodía y se despiden el 2 de noviembre a la misma hora”, contó Mamani.

El también antropólogo comentó que a diferencia de otros años, la celebración es muy particular este 2020 debido a la enfermedad del nuevo coronavirus (COVID-19), situación que ha afectado a muchas familias con muertes a causa del virus.

Mamani dijo que la pandemia de la COVID-19 ha fortalecido, no obstante, la unidad de las familias, que han reivindicado la tradición de Todos Santos como una oportunidad para recordar a los seres queridos que ya no están.

“El reencuentro con nuestros ‘ajayus’ es una ceremonia cultural muy profunda por sus raíces ancestrales, y la herencia cultural que recibieron de sus padres y abuelos”, explicó.

A decir del antropólogo, se trata de una tradición profundamente importante, no sólo porque evoca a las personas que han fallecido, sino porque preserva las tradiciones de los pueblos originarios, en una nación pluricultural como Bolivia, donde las raíces indígenas son vitales.

Para la ocasión, la familia Prado Pomar, que vive en la zona popular de Escobar Uría, en la ciudad de La Paz, ha preparado a la entrada de la casa un enorme altar a base de cañas de azúcar, flores, “t’antawawas” (panes que asemejan personas), comida y fruta, entre otros elementos.

La familia Prado Pomar honra con este altar la memoria de don Manuel, quien precisamente falleció hace cinco meses a causa de la COVID-19.

“Hemos armado el altar con mucho cariño y devoción para recibir a mi padre, que murió por el coronavirus”, compartió Ernesto, de 44 años, miembro de la familia, quien habló con mucha nostalgia de lo que fue en vida su padre.

“Nos vamos a reunir toda mi familia: mi mamá, hermanos, tíos, hijos, sobrinos, cuñados, cuñadas; como dice la tradición que heredamos de nuestros antepasados”, mencionó Ernesto.

Al igual que esta familia, muchas otras mostraron este fin de semana su devoción a los difuntos con la tradición en el país sudamericano, sobre todo en las zonas rurales donde se le prepara con semanas de antelación.

La pandemia de la COVID-19 llevó también a las autoridades a restringir las actividades en Todos Santos en Bolivia, país que este domingo sumó 141.757 casos confirmados de COVID-19 desde el inicio de la pandemia, 111.503 pacientes recuperados y 8.725 decesos.

El director de Epidemiología del Ministerio de Salud, Virginio Prieto, exhortó este domingo en tal sentido a la población a mantener las medidas sanitarias durante las celebraciones de difuntos y las visitas a mausoleos.

“Se ha dispuesto evitar consumir bebidas alcohólicas y comida, evitar las aglomeraciones y estar el menor tiempo posible en los cementerios”, dijo Prieto.

Las celebraciones de Todos Santos concluirán mañana 2 de noviembre, feriado nacional en Bolivia, en que las familias acostumbran la visita a los cementerios al reunirse en torno a las tumbas en recuerdo de los seres queridos ausentes.

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