¿Cómo y cuándo volverá el fútbol en las principales ligas de América Latina?

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Image by Phillip Kofler from Pixabay

(Sputnik).- Con el fútbol en proceso de reinicio en las principales ligas europeas, pone presión a los torneos latinoamericanos, aún lejos de poner a rodar la pelota sobre el pasto. Mientras Argentina reestructuró su liga en plena pandemia, Colombia se enfrascó en una lucha entre el Gobierno y los clubes.

La Bundesliga alemana marcó, a mediados de mayo, un posible camino a seguir para que el fútbol regrese en todo el mundo.

Partidos con estadios vacíos, la menor cantidad posible de funcionarios y colaboradores alrededor de la cancha, mascarillas para los suplentes y hasta la recomendación de evitar festejos demasiado efusivos luego de cada gol.

Con la mirada en la experiencia alemana, que por el momento ha sido exitosa, varios países de Europa y el resto del mundo aprontan el regreso de las competiciones futbolísticas, adaptando protocolos y delineando nuevos calendarios para culminar o reiniciar los torneos que se disputaban antes del inicio de la pandemia.

La situación parece más compleja en América Latina, nuevo epicentro de la pandemia y con varios países que aún están lejos de poder controlar el aumento de casos.

El fútbol profesional argentino vive actualmente “un panorama absolutamente incierto”, explicó a Sputnik Alejandro Wall, periodista deportivo del diario Tiempo Argentino y Radio Con Vos.

Wall indicó que, si bien algunas provincias del país ya comenzaron a flexibilizar las medidas, la situación sigue siendo más compleja en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) —conformada por la Ciudad de Buenos Aires y el conurbano de la provincia de Buenos Aires— donde se concentran la mayoría de los equipos profesionales del país.

La vigencia del aislamiento obligatorio en la zona metropolitana de Buenos Aires hace que por el momento no haya “ninguna previsión posible para la práctica deportiva”, explicó el periodista, recordando que algunas propuestas de las provincias de Jujuy, Salta y Mendoza para albergar el retorno del campeonato no parecen cerca de concretarse.

Wall repasó que los dirigentes de los clubes manejan la posibilidad de retomar los entrenamientos entre julio y agosto y reiniciar el campeonato en septiembre. Sin embargo, remarcó que se trata de “hipótesis en el aire” porque no existe aún una definición oficial.

Para peor, la pandemia de COVID-19 tomó al fútbol profesional argentino en un período de transición en el que se eliminó la Superliga Argentina de Fútbol (SAF), una asociación entre los clubes de la Primera División creada en 2017 para administrar los torneos con independencia de la Asociación de Fútbol Argentino (AFA). En mayo, los clubes aprobaron transformar la SAF en la Liga Profesional de Fútbol (LPF), una asociación similar pero con nuevas autoridades.

Los cambios en la organización del fútbol sumaron incertidumbre a un calendario que había dejado trunca la disputa de la Copa de la Superliga, un campeonato que según Wall solo buscaba “completar el calendario” luego de finalizada la Liga ganada por Boca Juniors en marzo. La Copa de la Superliga se suspendió tras su primera fecha, en la que River Plate no quiso jugar debido a los riesgos sanitarios que ya implicaba la incipiente pandemia.

Por eso, aún no está claro cómo se retomará el torneo ni qué sucederá con los ascensos y descensos entre la Primera División y la categoría B. Wall explicó que mientras la AFA pretende que los cambios de categoría se disputen “en la cancha”, los equipos que estaban en posición de ascenso cuando se detuvieron los torneos quieren ascender de forma automática.

Mientras tanto, muchos clubes argentinos debieron acogerse al programa de Asistencia de Emergencia al Trabajo y a la Producción (ATP) dispuesto por el Gobierno para asistir a empresas y otras entidades en el pago de salarios. Wall recordó que el gran golpe para muchas de las instituciones fue dejar de tener ingresos por venta de entradas y la caída en la cantidad de socios, sus principales fuentes de financiación.

“El fútbol colombiano debió haber comenzado los entrenamientos este lunes 8 de junio”, apuntó el periodista deportivo colombiano Mauricio Osorio, de RCN Radio y Antena 2. En conversación con Sputnik, el periodista explicó que el paulatino retorno de la competencia se vio sorpresivamente paralizado tras un cruce entre los clubes y el Gobierno colombiano.

En efecto, Osorio apuntó que la Dimayor —organización que administra el torneo colombiano— no recibió el protocolo que el Ministerio de Salud debía entregar para volver a los entrenamientos, a pesar de que el reinicio ya estaba presuntamente acordado y otras actividades deportivas ya se reiniciaron.

“La más reciente información es que algunas personas que trabajan en el Ministerio de Salud, pero no el ministro (Fernando Ruiz Gómez), tienen frenado este protocolo”, reveló el periodista.

Una de las hipótesis que manejan los medios colombianos es que el retraso se debió a una tensión entre el Gobierno y el presidente de la Dimayor Jorge Enrique Vélez a raíz de una propuesta para que los clubes habilitaran la transmisión de algunos partidos de la liga por televisión abierta. La propuesta motivó críticas de Vélez y, según Osorio, esta demora puede llegar a interpretarse como que el Gobierno está “pasando factura” al fútbol.

Osorio dijo que el diferendo motivó al Gobierno a cortar el diálogo directo con la Dimayor para comunicarse exclusivamente con el presidente de la Federación Colombiana de Fútbol (FCF) Ramón Jesurún.

La tensión entre el Gobierno de Iván Duque y el fútbol puede retrasar el reinicio de los partidos, que de todas maneras se realizaría con estadios vacíos y medidas sanitarias. Según Osorio, por el momento los clubes siguen pretendiendo comenzar a jugar en agosto, aunque desistieron de la idea de poder disputar dos torneos antes de fin de año, algo difícil teniendo en cuenta que hay 20 equipos en la Primera División. Finalmente, los equipos acordaron disputar un solo encuentro hasta diciembre.

Sin embargo, algunos dirigentes no ven con malos ojos la posibilidad de cancelar el torneo hasta fin de año y comenzar una nueva competición en 2021. “Esto les favorecería en la parte económica”, explicó Osorio.

La situación económica también es una preocupación para las instituciones, algunas de la cuales debieron alcanzar acuerdos salariales con sus futbolistas. Independiente de Santa Fe, uno de los principales animadores de la liga, fue una de las instituciones que acordó una reducción salarial.

El regreso del fútbol también es una incógnita en Brasil, uno de los países del mundo más golpeados por la pandemia de COVID-19. Si bien Fox Sports Brasil informó en mayo que había dirigentes de la Confederación Brasileña de Fútbol pensando en un retorno en agosto, todavía no existe una definición oficial al respecto.

Más allá de la fecha específica del reinicio, los equipos están preocupados por cómo completar el calendario de partidos, que debería incluir la finalización de los torneos regionales inconclusos y la disputa del Brasileirao, el principal torneo del calendario que consta de 38 fechas. Según consignan medios brasileños, existe consenso en que para poder jugar todo ese torneo habrá que modificar el reglamento para permitir que los equipos puedan jugar cada 48 horas. En la actualidad, un mismo equipo no puede disputar dos partidos con menos de 66 horas de diferencia.

La poderosa Liga MX —como se denomina al círculo de privilegio del fútbol mexicano— podría reiniciarse a mediados de julio. Tras un acuerdo entre los encargados sanitarios de los equipos y el Gobierno mexicano se definió un protocolo sanitario que, como en la mayoría de los países, busca garantizar el distanciamiento entre los futbolistas y los colaboradores.

Medios deportivos del país norteamericano consignan que la fecha para iniciar el Torneo Apertura sería el 17 o el 24 de julio. No terminará de disputarse el Torneo Clausura, suspendido cuando comenzó la pandemia.

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