Regreso a las clases puede exponer a nueve millones de brasileños

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Imagen de Wokandapix en Pixabay

Río de Janeiro (Sputnik).- El regreso a las clases de niños y adolescentes después de meses de interrupción por la pandemia del nuevo coronavirus podría poner en peligro a más de nueve millones de brasileños, según estimó la Fundación Oswaldo Cruz de Río de Janeiro.

“La vuelta a las clases puede representar un peligro extra para cerca de 9,3 millones de brasileños (el 4,4% de la población total) que son ancianos o adultos (con 18 años o más) con problemas crónicos de salud y que pertenecen a grupos de riesgo de COVID-19”, señaló esta entidad científica en un comunicado.

Este total de 9,3 millones son los brasileños que viven en la misma casa que niños y adolescentes en edad escolar (de entre tres y 17 años).

En este grupo, por ejemplo, hay 3,9 millones de adultos que tienen diabetes o enfermedades del corazón o del pulmón y que conviven con niños, así como 5,4 millones de mayores de 60 años, también considerados especialmente vulnerables al COVID-19.

La Fundación Oswaldo Cruz considera que es pronto para plantear un regreso a las aulas, porque aunque en los colegios se sigan medidas estrictas de seguridad el comportamiento de los menores o la situación en el transporte público puede ser un factor de contagio.

Varias ciudades brasileñas están empezando a planificar el regreso del calendario escolar; el 21 de de julio, el alcalde de Río de Janeiro, Marcelo Crivella, anunció que a partir del 2 de agosto las escuelas privadas de educación básica de la ciudad podrán reabrir si así lo desean.

El sindicato de profesores de la ciudad de Río de Janeiro se posicionó en contra del regreso de las clases sin que antes todos los docentes y trabajadores en general sean sometidos a test de COVID-19.Río de Janeiro (Sputnik).- El regreso a las clases de niños y adolescentes después de meses de interrupción por la pandemia del nuevo coronavirus podría poner en peligro a más de nueve millones de brasileños, según estimó la Fundación Oswaldo Cruz de Río de Janeiro.

“La vuelta a las clases puede representar un peligro extra para cerca de 9,3 millones de brasileños (el 4,4% de la población total) que son ancianos o adultos (con 18 años o más) con problemas crónicos de salud y que pertenecen a grupos de riesgo de COVID-19”, señaló esta entidad científica en un comunicado.

Este total de 9,3 millones son los brasileños que viven en la misma casa que niños y adolescentes en edad escolar (de entre tres y 17 años).

En este grupo, por ejemplo, hay 3,9 millones de adultos que tienen diabetes o enfermedades del corazón o del pulmón y que conviven con niños, así como 5,4 millones de mayores de 60 años, también considerados especialmente vulnerables al COVID-19.

La Fundación Oswaldo Cruz considera que es pronto para plantear un regreso a las aulas, porque aunque en los colegios se sigan medidas estrictas de seguridad el comportamiento de los menores o la situación en el transporte público puede ser un factor de contagio.

Varias ciudades brasileñas están empezando a planificar el regreso del calendario escolar; el 21 de de julio, el alcalde de Río de Janeiro, Marcelo Crivella, anunció que a partir del 2 de agosto las escuelas privadas de educación básica de la ciudad podrán reabrir si así lo desean.

El sindicato de profesores de la ciudad de Río de Janeiro se posicionó en contra del regreso de las clases sin que antes todos los docentes y trabajadores en general sean sometidos a test de COVID-19.

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