Florida sufre una invasión de gigantes sapos tóxicos

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Image by Gerhard Gellinger from Pixabay

(Sputnik).- Las fuertes lluvias que azotaron el sur de Florida hicieron que los sapos de caña o sapos gigantes abandonasen sus madrigueras e invadieran las calles de esta región de EEUU. Esta especie de anfibio tiene glándulas llenas de toxinas, capaces de matar a un perro.

El sur de Florida cuenta con cientos de lagos y canales artificiales y es un paraíso para millones de insectos y para Rhinella marina, nombre científico de los sapos de caña.

“Tenemos decenas en la calle por la noche. Ya ni siquiera tienen miedo de la gente, es como si hubiese pandillas de ellos este año”, comentó al medio Miami Herald la residente Elizabeth Bonilla, quien vive en la ciudad de Homestead, cerca de un canal.

Si bien estos sapos son generalmente inofensivos para los humanos, pueden ser extremadamente peligrosos para las mascotas.

Los ejemplares, que en promedio miden entre 10 y 15 cm y pueden crecer hasta los 22 cm, tienen glándulas triangulares detrás de sus ojos que producen una toxina blanca lechosa, capaz de matar al mejor amigo del hombre. Si un perro muerde o lame ese sapo, este veneno lo llevará a una muerte lenta, con convulsiones, pérdida de la coordinación y un paro cardíaco al final.

Si este verano termina por ser más húmedo de lo normal, como señalan varios pronósticos, los renacuajos tendrán más posibilidades de sobrevivir, aumentando de esta manera su población y causando una gran preocupación para los dueños de mascotas.

“Mientras haya agua para reproducirse, los sapos de caña prosperarán.

Estarán en la superficie de la tierra, alimentándose y reproduciéndose.

Probablemente la gente los vea ahora de una manera más frecuente que antes”, explicó William Kern, profesor asociado de la Universidad de Florida.

Además, los sapos de caña pueden alterar el ecosistema porque no tienen depredadores naturales y comen casi cualquier cosa: insectos, lagartijas, serpientes, huevos de aves, pequeños mamíferos e incluso ranas más pequeñas. Con las últimas los sapos de caña también compiten por áreas de alimentación y reproducción.

La Rhinella marina es originaria de América Central y partes de América del Sur. Fue introducida en el sur de Florida en la década de 1930 de manera deliberada.

Los agricultores creían que estos sapos controlarían las plagas y beneficiarían sus cultivos al devorar los escarabajos que comían la caña. No obstante, su plan fracasó porque estos anfibios no fueron capaces de saltar lo suficientemente alto como para comer estos insectos que suelen vivir en las partes superiores de las plantas. En cambio, arrasaron con casi todo lo demás que consiguieron a su alcance.

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