Hallan un tiburón ‘alado’ que se deslizaba por el mar de México

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Photo by Gerald Schömbs on Unsplash

(Sputnik).- Un tiburón muy particular con aletas parecidas a una alas y una boca ancha y abierta surcaba el mar hace unos 93 millones de años, cuando los dinosaurios aún vagaban por la Tierra, revela un nuevo estudio.

Por lo visto, este tiburón comía plancton y tenía una forma distinta a la de cualquier otra criatura marina conocida. Habitaba lo que hoy es el noreste de México y se movía utilizando unas aletas curiosamente alargadas que hacían que su cuerpo fuera más ancho que largo.

El fósil casi entero del animal que vivió durante el periodo Cretácico fue desenterrado en el estado mexicano de Nuevo León. Recibió el nombre de Aquilolamna milarcae. Sus inusuales proporciones —una envergadura de las aletas de unos 1,9 metros y una longitud de la cabeza a la cola de 1,65 metros— dejaron asombrados a los científicos.

El nombre de Aquilolamna significa tiburón águila y hace referencia a sus delgadas aletas pectorales, que “actuaban principalmente como un estabilizador eficaz”, según el paleontólogo de vertebrados Romain Vullo, autor principal del estudio publicado en la revista Science.

“Se pueden utilizar muchos adjetivos para describir a este tiburón: inusual, único, extraordinario, extraño, raro. Sí, es el único tiburón que es más ancho que largo”, destacó Vullo.

“Aquilolamna es, en efecto, un ejemplo perfecto de una criatura extinta que revela una nueva morfología inesperada”, agregó el científico.

Como todos los tiburones y algunas rayas, esta especie tenía un esqueleto cartilaginoso. Su cuerpo tenía forma de un torpedo y una cola de tiburón, pero sus aletas pectorales eran totalmente únicas. Se alimentaba de plancton por filtración, como hacen hoy en día los tiburones ballena y los tiburones peregrinos.

En cuanto al movimiento, parece haberse movido como una raya con su cuerpo aplanado que nada por el agua como si volara por el aire.

El Aquilolamna vivía en el océano en una época en la que los mares estaban poblados por reptiles marinos, peces óseos y grandes tiburones.

El mayor depredador de su ecosistema era un tiburón llamado Cretoxyrhina que medía 6 metros.

No está claro por qué esta especie se extinguió, pero probablemente sufrió tras la caída del asteroide de 10 kilómetros de diámetro que colisionó con la Tierra al final del período Cretácico, hace unos 65,5 millones de años.

Ese evento de extinción masiva, que acabó con los dinosaurios no aviares, también calcificó muchos organismos planctónicos, lo que redujo las posibilidades de alimentación para los tiburones filtradores, escribieron los investigadores en el estudio.

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