Hidroxicloroquina y otros fármacos que México oficialmente NO recomienda para tratar el COVID-19

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Foto: Sputnik

(Sputnik).- La investigación clínica hecha en México de la enfermedad provocada por el nuevo coronavirus descartó la utilidad de la hidroxicloroquina y el tocilizumab para el tratamiento de enfermos con COVID-19.

A pesar de la fuerte propaganda que estos dos fármacos han tenido acerca de su posible utilidad para tratar la pandemia actual, en México se probó que no existe evidencia científica que lo сonfirme y que en el caso de tocilizumab, éste fármaco causa un prejuicio mayor de lo que remedia.

“El tocilizumab demostró en ensayos clínicos controlados que no es útil para el tratamiento de personas con COVID-19 y que tiene muchos riesgos porque causa inmunosupresión y por esto, puede reactivar enfermedades como la tuberculosis, empeorar enfermedades bacteriales, virales o fúngicas —hongos— activas que tenga el paciente. No es un fármaco inocuo y además, tiene un costo muy elevado”, sostuvo el doctor Simón Kawa Karasik en la conferencia vespertina que emite el Gobierno de México para actualizar la información disponible en torno a la pandemia.

Los fármacos analizados

Según explicó Kawa Karasik, en su papel de director general de la Coordinación de institutos nacionales de salud y hospitales de alta dedicación (CCINSHAE), esta institución pública es responsable de la investigación clínica de los fármacos para tratar el COVID-19 en pacientes hospitalizados, que se citan a continuación.

Los resultados hallados son los siguientes:

La hidroxicloroquina demostró en la investigación científica que no hay evidencia de beneficios clínicos que justifiquen su uso. “Tuvimos a la hidroxicloroquina en un listado de fármaco a ser estudiado pero ahora pasará a un listado de fármacos que no se deben utilizar y sobre los que no se deben seguir haciendo ensayos clínicos”, sostuvo el Dr. Kawa.

En México, se recomienda que la hidroxicloroquina no debe ser usada en el tratamiento para pacientes con COVID-19.

El tocilizumab demostró que tampoco es útil para el tratamiento de personas con COVID-19 y que “reviste muchos riesgos porque causa inmunosupresión, tiene un costo elevado y potencial toxicidad”, sostuvo el experto mexicano.

“Su alto riesgo y costo no justifica el uso de tocilizumab en ningún caso para el tratamiento de COVID-19 y en esto quiero ser muy enfático: nunca existió evidencia de su utilidad y ahora la evidencia de la investigación clínica confirma que no es útil”, afirmó.

El remdesivir acortó en tiempo de recuperación de 15 a 11 días en adultos hospitalizados con COVID-19 pero no redujo la mortalidad comparado con pacientes que recibieron el tratamiento estándar, que se explica más abajo en este texto.

Los resultados del estudio de este antiviral se obtuvieron con estudios multicéntricos nacionales de lo que participaron el Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán y del Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias (INER).

“El remdesivir no ha resultado muy efectivo para reducir la mortalidad de pacientes graves, pero no se descarta porque se vieron algunas cosas que pueden mejorar y seguir investigando”, explicó el Dr. Kawa.

El remdesivir junto al baricitinib, ayudan a mediar parte de la respuesta del virus y de la respuesta inmunológica de la persona afectada.

“Se está llevando a cabo un estudio clínico controlado, para el que se cuentan con 68 pacientes en México que han dado su consentimiento informado para participar del ensayo clínico, sus resultados se darán al final del mismo”, agregó el médico.

El plasma convaleciente. Se toma plasma de pacientes que estuvieron infectados con el virus SARS-CoV-2 y que desarrollaron la enfermedad COVID-19, se extraen anticuerpos del plasma y se hacen pruebas de laboratorio para comprobar la capacidad de estos para inhibir la actividad viral estudiada.

“A los enfermos se les aplica el plasma que contiene anticuerpos y anticuerpos con capacidad para neutralizar el nuevo сoronavirus. Es importante recalcar que hasta el momento, hemos visto que aproximadamente el 60% de los plasmas de pacientes enfermos estudiados cuentan con anticuerpos con capacidad de neutralizar el virus, eso quiere decir que el 40% del plasma de los pacientes no tiene esa capacidad”, explicó el experto.

Por lo tanto, no se puede tomar el plasma sin hacer las pruebas correspondientes para comprobar la presencia de anticuerpos neutralizantes, porque entonces “el 40% de los pacientes que lo reciban no van a recibir nada efectivo”, apuntó.

El favipiravir, es otro antiviral que se estudia para comprobar su efectividad en detener la progresión de la enfermedad en pacientes no graves que tienen COVID-19, buscando evita el uso de ventilación mecánica, es decir, de ser entubados.

“Lo que se está estudiando con este fármaco es su capacidad o no para detener la progresión del virus que evite que llegue a un estado grave”, comentó.

El favipiravir junto al maraviroc, el primero se describió en el punto anterior, y el segundo es un fármaco que tiene la capacidad de modular la respuesta inmunológica del organismo, para que mientras se da un antiviral para disminuir la capacidad de causar daño del COVID-19, se agrega un inmunomodulador que ayude a reducir la respuesta inflamatoria que sufren en el cuerpo las personas infectadas, causante de daño pulmonar.

“Vamos a ver si esta combinación se puede mejorar y prevenir la progresión al estado grave de la enfermedad y evita la ventilación mecánica”, apuntó.

Hasta ahora, el tratamiento estándar que se aplica en México a pacientes hospitalizados que requieren oxígeno suplementario es la aplicación de dexametasona, en dosis descritas, según la recomendación emitida por la Secretaría de Salud que puede consultarse en la sección Algoritmo 2ª.

Diagnóstico y tratamiento de paciente con COVID-19 (2 de 4).

“Este es el tratamiento estándar para pacientes hospitalizados que requieren oxígeno suplementario, en dosis descritas y que tienen COVID-19 “, explicó el médico cirujano que sostuvo que su utilidad ha sido comprobada en ensayos clínicos controlados y su costo es más accesible que otros fármacos.

“Esto es lo que hay que recomendar y usar”, sostuvo.

En cambio, señaló una serie de fármacos y tratamientos que NO se recomiendan:

No se recomienda la terapia con células madre,

No se recomienda el dióxido de cloro,

No se recomienda la ivermectina,

No se recomienda la nitazoxamida,

No se recomienda la azitromizina,

No se recomienda el ozeltamivir,

No se recomienda la hidroxicloroquina,

No se recomienda el tocilizuman.

“Tampoco se recomienda ningún medicamento fuera de sus indicaciones terapéuticas que no haya sido probado en ensayos clínicos controlados y que sus resultados hayan sido publicados y revisados por pares de comunidad científica como sí sucedió con la dexametasona, que sí se recomienda”, concluyó.

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