Políticos y expertos plantean aplazar pago de deuda externa de Bolivia

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Políticos y expertos bolivianos plantean que Bolivia negocie la postergación del pago.

La Paz, Bolivia (Xinhua).- Políticos y expertos bolivianos plantean que Bolivia negocie la postergación del pago de su deuda pública externa, que en los últimos seis años se duplicó hasta alcanzar en mayo pasado los 11.625 millones de dólares, la cifra más alta de su historia, con el fin de enfrentar la crisis económica en el contexto de la pandemia del nuevo coronavirus.

La deuda pública externa de Bolivia registrada al 31 mayo anterior fue equivalente al 28,2 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) del país sudamericano, tras haberse situado en 6.036 millones de dólares en 2014, según datos del Banco Central de Bolivia (BCB).

El presidente del BCB, Guillermo Aponte, manifestó el pasado 17 de junio, luego de presentar un reporte al gabinete del Informe sobre Política Monetaria (IPM), que aunque el incremento de la deuda es considerable en los últimos años, aún es sostenible y se tiene un “índice razonable” del PIB.

A su vez, el ex funcionario del BCB, Luis Ballivián, dijo a Xinhua sobre este panorama que la deuda externa boliviana se acerca “peligrosamente” al 30 por ciento, por lo que el país puede ser sujeto a ciertas restricciones en futuros préstamos externos.

El también economista y analista aclaró no obstante que el 28 por ciento está por debajo de los límites fijados por organismos internacionales, como el criterio de la Comunidad Andina del 50 por ciento, y que aún se está dentro de los límites para ser sujeto de crédito.

Ballivián consideró, sin embargo, fundamental que se pueda renegociar una pausa del pago de la deuda, para enfrentar el momento complejo que vive el país en medio de la crisis política, económica y sanitaria.

A decir del economista, el sostenido ritmo del endeudamiento externo, el déficit fiscal y comercial, el descenso de las reservas internacionales netas y la caída de las recaudaciones tributarias, ponen en riesgo la estabilidad de la economía boliviana.

El ex presidente boliviano, Carlos Mesa (2003-2005), advirtió recientemente que como consecuencia de la crisis sanitaria internacional, el país enfrentará una recesión económica con serias consecuencias después de la pandemia, que pueden derivar en conflictos sociales.

El también candidato a la Presidencia por Comunidad Ciudadana planteó en tal sentido encarar la situación con una política económica y social, implementada por un gobierno que surja de las urnas y fruto de un “pacto político”.

“Vamos a atravesar en los próximos dos o tres años una situación extremadamente crítica de recesión económica”, aseveró Mesa a periodistas.

Propuso en ese sentido el congelamiento del pago de capital e intereses de la deuda externa y una reforma de fondo del sistema tributario.

Pidió además impulsar un mecanismo de créditos fáciles para micro y pequeñas empresas, que recupere lo mejor de la banca de fomento con intereses asequibles, más democráticos, como parte de un incentivo a la formalización.

En tanto, el economista y analista fiscal de la Fundación Jubileo, René Martínez, aseveró a Xinhua que es fundamental tener en cuenta las consecuencias de una pausa del pago de las obligaciones externas.

De acuerdo con el especialista, el servicio de la deuda externa es una obligación que asume el Estado, y ante cualquier iniciativa de negociación o reprogramación, se debe considerar que en esta coyuntura y en el futuro, el país requerirá de fuentes de financiamiento para salir adelante.

“La crisis del coronavirus y la caída de ingresos en general producen una complicada situación, porque se requieren mayores gastos para atender las crisis por el virus”, dijo Martínez.

El analista fiscal agregó que el déficit fiscal crecerá, que el crecimiento económico “está en números negativos y se manifiesta una recesión”.

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