La Paz, Bolivia (Xinhua).- Bolivia mantiene una curva incontrolable de picos altos de casos de COVID-19 y en cinco meses alcanzó 93.328 contagios confirmados, en medio de una crisis política y social emergente de elecciones postergadas en tres oportunidades.
El panorama para la salud en Bolivia se complica con la huelga indefinida y el bloqueo de caminos protagonizado por la Central Obrera Boliviana (COB) y sectores sociales que promueven los movimientos masivos de gente.
Esta situación impide la atención en los hospitales, además, del paso de oxígeno medicinal y medicamentos para varias regiones bolivianas.
El jefe nacional de la Unidad de Epidemiología del Ministerio de Salud, Virgilio Prieto, reconoció este martes que el país está en un momento muy complicado que abre a la “catástrofe sanitaria” por los conflictos sociales que impiden atender con regularidad la emergencia.
“Vivimos momentos muy difíciles con la subida incontrolable de casos de COVID-19 en medio de conflictos sociales y políticos”, aseveró.
Asimismo, el Ministerio de Salud, en su reporte nocturno de este martes, registra 49 decesos y un total de 3.761 muertos en lo que va de la pandemia. Esta cifra muestra una letalidad promedio del 4 por ciento, registro que en las últimas semanas subió un punto porcentual del 3 al 4 por ciento.
El informe también muestra que 31.753 personas vencieron a la COVID-19, que representa el 34 por ciento del total.
Bolivia vive desde el 10 de marzo restricciones parciales por el coronavirus. Una cuarentena desde el domingo 22 de marzo y se radicalizó con un estado de emergencia sanitaria desde el 26 de marzo, con un virtual estado de sitio hasta el 10 de mayo.
A partir del 12 de mayo se incluyó la cuarentena rígida y dinámica que se cumplió hasta el 1 de junio, fecha cuando empezó la cuarentena flexible bajo el control de gobiernos subnacionales que se amplió hasta el 31 de agosto.
