Coron-apps: los polémicos rastreos de COVID-19

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Изображение iXimus с сайта Pixabay

(Sputnik).- Singapur fue el primer país del mundo en utilizar una app para informar sobre la exposición al COVID-19 por BlueTooth. Uruguay fue el primero en Latinoamérica. Desde entonces, decenas de países han optado por este tipo de apps, pero algunos las han suspendido, reemplazado o modificado sus condiciones de uso ¿para espiarnos?

Las estrategias epidemiológicas durante la pandemia nos han mostrado lo importante que es identificar a los enfermos y establecer con quiénes han estado en contacto durante el período de contagio. Además de testearlos, es necesario avisarles y pedirles que se aislen para frenar la propagación del coronavirus.

Poco después de que la epidemia de COVID-19 en Asia se transformara en pandemia, ha habido una carrera en el mundo por desarrollar aplicaciones que ayuden en el proceso de rastreo de contactos. A través de los sensores de los celulares, se puede establecer qué otros dispositivos han estado cerca de la persona infectada durante el tiempo de incubación de la infección.

Desde que en marzo de 2020 en Asia —y poco después en Oriente Medio— las aplicaciones se comenzaron a utilizar para notificar a los usuarios de la posible exposición a COVID-19 —primero a través del GPS y luego con la tecnología BlueTooth—, las controversias sobre su uso no han parado de crecer. Uno de los principales debates tiene que ver con la privacidad de los usuarios y con la posible vigilancia de los Gobiernos a través de las apps.

​Activistas y especialistas en ética sobre el uso indebido de datos, y organizaciones como Human Rights Watch, han señalado cómo la vigilancia introducida en la pandemia es camuflada como medida de salud pública, y cómo podría perjudicar aún más a comunidades ya marginadas.

Las coron-apps en el mundo

Repasemos: a comienzos de marzo de 2020, una semana después de que Irán lanzara la app AC19, se desató una polémica nacional que trascendió fronteras: varios usuarios acusaron al Gobierno iraní de recopilar números de teléfono y datos de geolocalización en tiempo real. Enseguida después, Google Play la eliminó de su tienda sin revelar el motivo.

Algunos portales especializados en tecnología, como el Tech Review del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT, por sus siglas en inglés), indican que Irán estaba espiando a la población; otros, como ZDNet —que analizó la tecnología empleada en AC19— sugiere que podría deberse a que la app arrojaba falsos-positivos de COVID-19, porque aseguran que no espía a los usuarios más que cualquier otra app de Android, pide datos y accesos similares.

Sea o no sea el caso de Irán, lo cierto es que varios países han cambiado o desmantelado las medidas de privacidad que tenían las apps cuando fueron lanzadas, según la reportera Mia Sato, del Proyecto de Tecnología de la Pandemia del MIT. Uno de ellos, el primero en el mundo en utilizar la app con BlueTooth: Singapur.

La policía de Singapur anunció a comienzos de enero de 2021 que tiene acceso a los datos de rastreo de los contactos de la app, TraceTogether. Según Reuters, la app es utilizada por más del 80% de la población, y su uso es obligatorio en muchos lugares donde las personas se reúnen, trabajan, compran. Sato advierte que el anuncio contradice la política de privacidad esbozada cuando el Gobierno lanzó la aplicación en marzo de 2020.

​”Aunque las actitudes generales de Singapur sobre la privacidad de los datos pueden no reflejar lo que sucede en otros lugares, las aplicaciones de rastreo de contactos en todo el mundo han planteado cuestiones sobre la privacidad de los usuarios”, escribió Sato.

Las coron-apps en Uruguay, Perú, Argentina y Colombia
En marzo de 2020 Uruguay anunció que desarrolló una app para realizar consultas sobre COVID-19, y en junio que sería el primer país latinoamericano en implementar alertas de exposición a raíz de un trabajo colaborativo con Google y Apple. Desde entonces, se aseguró que la participación en la aplicación coronavirus.uy sería anónima y presentaba “todas las garantías de seguridad y de respeto a la privacidad”.

Sin embargo, Fabrizio Scrollini, director ejecutivo de la Iniciativa Latinoamericana de Datos Abiertos (ILDA), dijo al periódico local La Diaria que aún se conoce poco sobre su implementación y que “persisten muchas preguntas acerca de la gobernanza, transparencia, y evaluación”.

Hasta el 15 de enero de 2021, la habían bajado más de 660.000 veces (en un país de 3,5 millones de habitantes). Aunque varios usuarios habían reportado problemas en su funcionamiento, no ha generado tanto recelo entre los habitantes como el despertado en otras naciones.

En Argentina, como parte integral de las estrategias de prevención y cuidado de la salud pública, el Gobierno nacional también desarrolló un sistema y aplicación de alerta de exposición: CuidAR.

La app fue de uso obligatorio para quienes transitaron durante la cuarentena, lo que desató una discusión sobre la privacidad de los datos personales de los millones de personas que la descargaron, entre otras cosas, para obtener permisos de circulación o realizar diagnósticos médicos virtuales ante alguno de los síntomas, según publicó el periódico local La Nación.

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Expertos también han reclamado cambios y más controles sobre el destino de los datos, y advirtieron que tiene fallas de seguridad.

Según un estudio de mediados de 2020 de la Fundación LED, Argentina se encontraba en el 5° lugar —después de China, Baréin, Corea, Irán e India—, en el ránking mundial sobre los países con mayor “afectación a la privacidad” a raíz de la pandemia. A finales de diciembre, la Asociación por los Derechos
Civiles (ADC) de Argentina, publicó un informe sobre la app que advertía la “cantidad excesiva de permisos en las aplicaciones, sin una lógica clara y que impacta en la privacidad de las personas”.

​Ahora la app se está también utilizando para gestionar el Certificado Verano: el permiso habilitante para vacacionar en la costa atlántica argentina. Según explica La Nación, cada persona y todo grupo familiar deberá tramitar un único certificado y en el formulario de solicitud deberá especificar el lugar de hospedaje y las fechas en las permanecerá en el municipio bonaerense de destino.

En Perú, la aplicación Perú en tus manos se lanzó a finales de abril de 2020 y desde entonces se han denunciado varios fallos, problemas de privacidad y su inutilidad para rastrear casos.

Según reveló el portal local Gestión, hasta un grifo, una panadería y una vidriería aparecieron como centro de atención COVID-19 en la app. En la AppStore de Apple, se advierte en la app que “el desarrollador tendrá que proporcionar detalles sobre la privacidad cuando envíe su próxima actualización de app”.

A comienzos de diciembre el presidente de Colombia, Iván Duque, aseguró que la CoronApp es la aplicación con más descargas en la historia de Colombia, con un total 13 millones de instalaciones voluntarias, según informó el periódico local La República. A finales del mes, el Gobierno anunció que usará la aplicación móvil para realizar la trazabilidad, distribución y aplicación de las vacunas contra el COVID-19.

Además, el Gobierno analiza la inclusión del ‘pasaporte de vacunación’, también digital en la misma CoronApp, registro que “facilitará a los colombianos ya vacunados demostrar su inmunización para distintas actividades, como por ejemplo viajar fuera del país”.

La Fundación Karisma, organización que promueve los derechos digitales, advierte que “todavía no existe una evaluación sobre la efectividad y contribución de CoronApp para contener la pandemia pero (…) la aplicación sigue siendo un ‘foco de riesgos’ para la seguridad y privacidad de los datos personales de las más de 10 millones de personas usuarias que la han descargado”.

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