¿Cómo aprenden los perros? La ciencia tiene novedades

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Image by Karen Warfel from Pixabay

(Sputnik).- La unión hace la fuerza: científicos y dueños de perros trabajaron en conjunto para investigar qué tanto influye la herencia genética en el comportamiento, memoria, razonamiento y comunicación de estos animales. Conoce los resultados.

A lo largo del tiempo, los humanos hemos criado a diferentes perros para ser buenos en ciertas tareas, que van desde la vigilancia, la caza y el pastoreo, hasta acompañarnos y alegrarnos los días.
A medida que secuenciar el ADN de los animales se ha vuelto más asequible, los científicos han comenzado a conocer los genes que hay detrás de ciertos rasgos físicos, como la forma y el tamaño del cuerpo de los perros.

Sin embargo, se ha hecho muy complejo entender los genes que hay detrás de la cognición de los perros, es decir, de los procesos mentales que realizan para aprender, razonar, comunicarse, recordar y resolver problemas.

Gracias a dos estudios científicos publicados en la revista Animal Cognition y en Integrative and Comparative Biology, ahora se pudo cuantificar cuánta variación existe en los procesos mentales de los perros según las razas, y a mostrar qué procesos tienen una base genética. Pero nada de esto hubiera sido posible sin la ayuda de los dueños de los perros que analizaron.

¿En qué consistió el estudio?

Para estudiar la cognición canina, los autores de los estudios recurrieron a la información genética disponible públicamente de un estudio de 2017, y a un gran proyecto científico comunitario, Dognition.com, en el que los propietarios de perros probaron sus propias mascotas.

Fueron analizados 1.508 perros de 36 razas, por sus dueños y por los científicos. La iniciativa, creada por el investigador de perros de la Universidad de Duke, Brian Hare, comenzó con pruebas en el laboratorio. Según el portal de la revista Smithsonian, los investigadores desarrollaron métodos para entender cómo piensan los perros, los simplificaron, y se los explicaron a los dueños de los perros para que los aplicaran ellos mismos.

Los dueños de los perros les aplicaron 11 tareas que reflejan cuatro aspectos de la cognición:
Control inhibitorio: una de las tareas implicó que el dueño pusiera un bocadillo en el suelo delante del perro y luego le prohibiera verbalmente que lo tomara. El dueño entonces medía el tiempo que el perro debía esperar antes de comer el bocadillo.

Comunicación: una de las pruebas consistió en que el dueño del perro colocaba dos golosinas en el suelo y hacía un gesto hacia una de ellas. El dueño entonces determinó si el perro se acercaba a la golosina indicada.

Memoria: el dueño colocaba visiblemente el alimento debajo de una de las dos tazas, esperaba unos minutos y luego determinaba si el perro recordaba bajo qué taza se había colocado el alimento.

Razonamiento: una de estas actividades consistió en que el dueño escondió el alimento debajo de una de las dos tazas, fuera de la vista del perro, y luego levantó la taza vacía para mostrarle al perro que no había comida. Después, evaluó si el perro se acercaba a la taza con la comida debajo.

Los resultados

Los investigadores analizaron las puntuaciones y encontraron que alrededor del 70% de la variación en el control de los inhibidores era hereditaria o atribuible a los genes. La comunicación era hereditaria en un 50%, mientras que la memoria y el razonamiento físico eran hereditarios en un 20%.

“Lo bueno de esto es que estos dos rasgos que son altamente heredables [el control y la comunicación] son los que se piensa que están relacionados con el proceso de domesticación de los perros”, dijo a Smithsonian Zachary Silver, un estudiante de posgrado del Centro de Cognición Canina de Yale que no participó en el estudio.

Después de mostrar el grado en que los diferentes aspectos de la cognición de los perros son hereditarios, Evan MacLean, psicólogo comparativo de la Universidad de Arizona que supervisó el par de nuevos estudios, y Gitanjali Gnanadesikan, estudiante graduado en el laboratorio de MacLean —y autor principal de los nuevos estudios—, utilizaron la información disponible públicamente sobre los genomas de las razas de perros para buscar la variación genética que se asociaba con los rasgos cognitivos de interés.

Los investigadores descubrieron que, al igual que muchos otros rasgos complejos, había muchos genes, cada uno con un efecto pequeño, que contribuyen a los rasgos cognitivos de los perros. Esto se contrasta con las características morfológicas de los perros: alrededor del 50% de la variación en el tamaño corporal de los perros puede explicarse por la variación en un solo gen.

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