Rìo de Janeiro (Xinhua) .- La imagen de una niña negra brasileña con un letrero de cartón en las manos que decía “cambio una máscara por un alimento” y que sujetaba a la vez varias mascarillas, ha generado en Brasil una ola de solidaridad para ayudar a la familia de la pequeña.
La historia comenzó este mes, cuando un hombre que conducía su vehículo en el barrio de Recreio dos Bandeirantes, en la zona oeste de Río de Janeiro, vio en una esquina con el letrero en la mano a la pequeña Ana Júlia Costa Sabino, de tan solo 9 años de edad.
La pequeña sujetaba el letrero de cartón entre las manos, en medio de las decenas de vendedores ambulantes y coches que pasaban por el lugar en ese momento.
El hombre tomó una fotografía de la menor para ayudarla, imagen que rápidamente se posicionó en redes sociales hasta llegar a la televisión.
Se generó entonces una ola de solidaridad en torno a Júlia para ayudarla, al igual que a su familia, en estos tiempos difíciles en el país sudamericano por la pandemia del nuevo coronavirus.
La imagen de la pequeña impactó a representantes del mundo artístico como actores y cantantes, así como del ámbito mediático, entre ellos el conocido presentador de televisión Luciano Huck, que también la divulgaron y pidieron ayuda para la familia.
Cientos de personas se acercaron entonces al lugar para llevar comida o comprar los productos que la menor y su madre, Silvana Cristina Costa, vendían para sobrevivir.
La madre explicó al canal Globo que trabajaba como empleada doméstica en una residencia particular, pero que debido a la pandemia perdió su empleo con cuatro hijos que alimentar.
“Tenía algunos dulces que vendía en la playa y decidí intentar suerte en la calle. Le pedí a una vecina que hiciera unas mascarillas para vender, que son las que sujeta Ana Júlia en la foto”, contó la mamá.
“Era mi única opción para seguir adelante. Recibí la ayuda del gobierno de 600 reales (110 dólares), pero no es suficiente para todos nosotros”, completó Costa.
La mujer admitió que no se imaginaba que la foto se “viralizara como lo hizo”, además de que tuvo miedo de ser criticada por las personas que pasaban por el lugar cuando optó por salir a vender con su hija.
“Tuve miedo de lo que pensarían las personas. No quería que mis hijos estuvieran aquí conmigo. Siempre trabajé para traer alimento a casa y nunca me los llevé para trabajar, pero son pequeños y no tengo con quien dejarlos”, añadió.
La propia Ana Júlia dijo: “Mi madre es muy trabajadora. Limpia casas, trabaja en la playa, y viendo esta situación le pedí acompañarla”.
La menor estudia además en una escuela pública del barrio de Santa Cruz, en la zona oeste de Río de Janeiro, aunque por ahora está sin clases debido a la pandemia del nuevo coronavirus.
Pero la máxima emoción llegó cuando Huck llamó a la madre y le prometió ayudar a la familia, con la única condición de que regresaran a casa y no vendieran más dulces en la calle.
“Me quedé imaginando a mis hijos, que tienen la misma edad de Ana Júlia, en aquella situación. Como siempre digo, la solidaridad tiene que ser más contagiosa que el virus”, comentó Huck.
“La foto me dejó muy conmovido. Conseguí hablar con la madre y espero haber ayudado a que la familia vuelva a tener un poco de paz, al menos durante un tiempo”, completó el presentador televisivo.
La misma señora contó esta parte de la historia y dijo que “fue un ángel que pasó e hizo la foto. Sólo puedo agradecerle”.
“Las personas no paran de llamarme diciendo que quieren ayudarme, pero les digo que no quiero aprovecharme de su buena voluntad. Sólo necesito comida para mis hijos (…) quiero trabajar dignamente y que no les falte nada”, explicó la madre entre lágrimas.
El caso ha llegado además al ámbito de la política, en que una legisladora regional del Partido Socialismo y Libertad (PSOL) vio la foto y la compartió también en redes sociales.
Puso además a la familia en contacto con la Comisión de Derechos Humanos de la Asamblea Legislativa de Río de Janeiro para recibir ayuda complementaria y auxilio emocional.
