(Sputnik).- Siempre que nos subimos a un avión sabemos que hay que apagar el teléfono o bien ponerlo en modo avión. Pero la falta de información generalizada sobre cómo interfiere el móvil con los sistemas técnicos del avión hace que lo descuidemos. Lo cierto es que hacerlo resulta crucial, y un trabajador de British Airways explica por qué.
De entre las cosas que hay que hacer antes de que el avión despegue, como plegar la bandeja del asiento, no bloquear las ventanillas o apagar el teléfono, esta última es claramente la que más nos cuesta. Pero es importante que lo hagamos:
“La señal del teléfono móvil puede interferir con los sistemas de navegación y de guía para el aterrizaje del avión”, afirma un profesional de tecnología de vuelo de la compañía británica al medio Express.
También puede ocurrir que los móviles encendidos creen interferencias de sonido en las comunicaciones entre la tripulación durante el vuelo, lo que dificulta su trabajo, o incluso afecten a la cabina del piloto.
Esto es fácilmente evitable si se pone el dispositivo en modo avión. Esto significará que no se podrán hacer o recibir llamadas ni mensajes ni tampoco navegar en internet durante el vuelo, pero toda señal de radiofrecuencia que pueda emitir el móvil quedará anulada en favor de una mayor seguridad.
En algunos casos se ofrece conexión wifi a bordo, pero normalmente quienes no se puedan permitir un billete en primera clase o la clase business para disfrutar de este privilegio tendrán que pagar adicionalmente por este servicio. De lo contrario, puede haber consecuencias: en el caso de British Airways, cuando se descubre que alguien ha infringido esta regla, se informa a las autoridades competentes sobre ello, según recoge el medio.
Algunas aerolíneas obligan a sus pasajeros a apagar por completo el teléfono durante el despegue y el aterrizaje, dado que estas son las fases más críticas del vuelo y en las que más probabilidades hay de tener que contactar rápidamente con los pasajeros llegado el caso de una emergencia. Eso explica también que algunas compañías prohíban expresamente escuchar música durante esos períodos.
