Desastre histórico en la región amazónica boliviana por Covid-19

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Foto: Red Bolivia Internacional

La Paz, Bolivia (Sputnik).- La pandemia de COVID-19 amenaza con provocar el mayor desastre social y económico en la historia de Beni (noreste), advirtió a Sputnik el gobernador de ese departamento amazónico boliviano, Fanor Amapo, mientras las autoridades nacionales trataban de organizar ayuda de emergencia.

“Es lo peor que podíamos imaginar, todo ha colapsado, no solo el sistema de salud, pero estamos dando la batalla y ahora es el momento de una acción concertada de todo el país para salvar al Beni”, dijo por teléfono Amapo, quien fue uno de los más de 1.000 infectados por el coronavirus en esa región y recibió el alta médica el fin de semana.

Los pedidos de auxilio desde Trinidad, la capital de Beni, llegaban mientras el resto de Bolivia vivía una flexibilización acelerada del confinamiento, con servicio parcial del trasporte y grandes concentraciones de vecinos en calles y mercados, inclusive en ciudades donde teóricamente aún regía la cuarentena total.

Beni, declarado en estado de desastre sanitario, y el también departamento oriental de Santa Cruz sumaban más del 80% de los 6.263 casos de COVID-19 confirmados en Bolivia hasta el 24 de mayo.

Movilización

El gobernador Amapo, miembro del pueblo indígena cavineño, de la cuenca amazónica, habló al tiempo que llegaban a Trinidad seis ministros y otros funcionarios del Gobierno de Jeanine Áñez, que se sumaban a autoridades locales y voluntarios de todo el país movilizados ante la gravedad de la crisis sanitaria beniana.

Hasta el pasado fin de semana, se habían registrado en Trinidad unos 1.000 casos de coronavirus, con 70 muertos, cifras relativamente impactantes en una urbe con apenas 130.000 habitantes, donde los servicios médicos estaban rebasados y solo un tercio de las viviendas tiene saneamiento básico.

En medio de insistentes denuncias de que tanto los casos positivos como los fallecidos por COVID-19 serían muchos más que los reportados por las autoridades, Amapo dijo que el problema “apunta a ser cada vez peor, porque no hay capacidad de respuesta”.

“Los hospitales están repletos y no solo eso, hay poco personal médico y gran escasez de equipamiento y de medicamentos”, advirtió.

El Servicio de Salud de Beni reportó el 23 de mayo pasado que más de la mitad de los 150 médicos de los servicios públicos del departamento habían resultado contagiados y estaban temporalmente fuera de servicio, aparte de cuatro fallecidos.

“Así, estamos atendiendo 300% más de pacientes (…) si cuando estábamos con toda nuestra capacidad atendiendo ya nos hacían falta médicos, enfermeras, auxiliares y personal de salud, (ahora) con el personal diezmado el desastre que está pasando no lo podemos cubrir”, dijo el director de ese servicio, Jorge Gómez, al diario La Palabra del Beni.

Kurt Paulsen, médico que lideraba una brigada de médicos voluntarios de La Paz que trabajaba en Beni, dijo en las redes sociales que la situación era “de un desastre imposible de describir”.

Señaló que eran “incontables” los casos de enfermos que morían camino de los hospitales o en sus casas, con claros síntomas de COVID-19 pero que terminaban sepultados sin que se confirmen sus infecciones por falta de análisis en laboratorios.

Los médicos voluntarios llamaron, en un comunicado por las redes sociales, a una campaña nacional de recolección de medicamentos para atender a los enfermos de COVID-19 en Beni.

Periodistas independientes divulgaron imágenes de un cementerio exclusivo para víctimas de COVID-19, habilitado en las afueras de Trinidad, en las que se apreciaban unas 300 cruces.

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